Los Juegos de este verano

Es verano en Chile, y mientras me encuentro de vacaciones en Lolol (VI región), además de las infinitas posibilidades de descansar (no solo durmiendo en mi cama, sino en una hamaca y un columpio tipo hamaca) también he tenido la posibilidad de jugar muchísimos juegos. Algunos que no los juego por gusto generalmente porque me agotan un poco, y otros que me moría de ganas de probarlos, con resultados muy interesantes.

En primer lugar quiero hablarles del juego del momento en Estados Unidos. Se trata del Battlelore, y que Scott Nicholson hizo una video reseña a su manera que es bien entretenida. Este juego, para dos personas (o dos equipos como se explicará más adelante) tiene una gran gracia: más allá de lo hermosas que son sus figuras, el juego es por sobre todo, simple. ¿Simple? ¿Con un manual de instrucciones de 80 páginas? ¿con cientos de miniaturas distintas? ¿con cientos de cartas con comandos distintos?
Así es. Battlelore es de los juegos más simples que he jugado.
Si has jugado Memmoir 44’ tienes la mitad (o más de la mitad del recorrido hecho) y en el fondo las instrucciones se extralimitan en ejemplos de lo más ilustrativos. Muchos dibujos, pocas letras, todo muy claro. En resumidas cuentas: debes instalar los escenarios como dice el manual y luego jugar las cartas que tienes contra tus adversarios. Así de simple. Es importante saber al principio ciertos términos (que en el fondo no son nuevos sino que absolutamente intuíbles) y no confundir los colores con el tipo de bandera. Los jugadores reciben miniaturas con distintos tipos de bandera (lo que los diferencia de unos y otros) y los colores, aunque son diversos, los ocupan ambos jugadores, por lo que puede ser un poco confundente en un principio (y solamente en un principio).
Las batallas son rápidas, casi ni hay tiempos muertos y son tan lógicos sus mecanismos que sentirás que lo has jugado toda la vida. Simplemente eliges una carta que afecta a una de tus unidades (o a varias) y aplicas la acción. Si eres arquero disparas con dos dados o avanzas y disparas con uno, si eres unidad de tierra avanzas uno y luchas con 3 dados, etc. Las capacidades de cada unidad varían dependiendo de tu acción y de contra quien luchas (no es lo mismo luchar contra una arquero que contra una unidad montada). Las condiciones de victoria varían de escenario en escenario y la duración puede ser de 40 minutos a una hora. No me han tocado batallas más largas.
En cuanto a las posibilidades de juegos más complejos, existe la posibilidad de jugarlo con razas que añaden una o dos variables más y otro juego un poco más complejo, pero bien inteligente, que es el juego con Magia. Lo ideal en todo caso es ir quemando etapas y partir desde el primer escenario (el más simple) hasta el último y más dificil.
También hay que decir que por el otro lado del tablero....., viene el mismo tablero… pero dividido en menos partes, cosa de que lo puedas unir con el tablero de otra persona y jugar en equipos, dos por lado. Un lujo que no todos los juegos de mesa pueden dar (de los que conozco se me vienen a la mente el Warcraft, el Fische Fluppen Frikadellen y un par más). Creo que hasta el momento no han sido publicadas las instrucciones de como jugar en equipos, pero se vienen pronto.
Un lujo de juego, vale la plata.

El segundo juego que quería comentarles es el polo opuesto. Absolutamente opuesto. Para los que se vienen interesando recién en los juegos de mesa hay una marca liderada por el diseñador James Ernest llamada Cheapass, y que se dedica a producir juegos de muy bajo costo y con pocos componentes, asumiendo que el resto los tienes tú (como fichas, contadores, dados, etc.). Y de estos jugué el Light Speed, un juego de 2 a 4 jugadores y que dura unos 10 minutos, de los cuales el tiempo real de juego es como de 1 minuto y el resto es simplemente contar puntos. El mazo consiste en 40 cartas con distintas naves espaciales y un par de asteroides. Cada nave tiene distinto valor y tienen distintas armas que proporcionan diferentes daños. Así, los jugadores van tirando sobre la mesa (o cualquier lugar lo suficientemente amplia) las cartas que quedarán ahí para siempre, sin posibilidad de moverse. Luego de que todas han sido desplegadas, se entra a ver, desde la carta más baja hasta la más alta, si han producido daño a una nave enemiga… o a una amiga. Se sigue la prolongación de los rayos de cada nave con un hilo o lana y se ve si hay impacto. Luego con contadores se marcan los puntos de daño o se sacan las naves destruidas y se dan al jugador que la destruyó. Así de simple. Hay naves que cuentan con protecciones y otras que necesitan de más daño para ser destruidas, pero en el fondo el juego consiste en tirar y destruir.
Las cartas son simplemente cartulina lacada y a color. No tan malo para simplemente venir en una bolsa ziplock (no sé que haría para existir esta marca sin los juegos de tablero). ¿El precio? U$ 3.5 (como 2 lucas en moneda chilena)

Otro de los juegos que he jugado últimamente es el Tirano, una variante del The Great Dalmuti pero donde el jugador de inferior rango le entrega sus mejores cartas al rey y éste le entrega las peores al “chamico”. Lo jugamos con dos mazos de cartas tradicionales y es especial para grupos grandes. Me lo enseñó mi amigo Alberto y si quieren una explicación más detallada me escriben a chilegamegeek@gmail.com y les cuento.
Por mientras los dejo, que me voy a dormir para capear el calor.
Saludos cordiales,
Juan José (ChileGameGeek de vacaciones).

Nota del redactor: todas estas cosas las escribí mientras estaba de vacaciones y como nunca pude subirlas a internet lo hago ahora que ya estoy de vuelta. Me da lata modificarlas para que aparezcan como recién escritas.