Otro fin de semana más... otro juego!

Después de días sin escribir aquí en el blog (me he portado re mal, pero el tiempo no me ha acompañado últimamente), hago mi reporte de la última sesión de juegos que tuvo a un invitado muy partícular.
A mi casa llego el Nacho (ya habrán oído hablar de él antes) y "aquel joven del mail" que apareció misteriosamente en el ChileGameGeek. Se trata del famosísimo "Skandar" (al que llamaremos por su nombre acá en el blog) y al cual yo ya conocía de antes (me había comprado unos juegos hace un tiempo). Eduardo o Edo, como quieran, es realmente una especie de superestrella de los juegos de tablero. Lleva jugando Magic siglos, tiene una de las colecciones más envidiables de todo tipo de juegos de guerra que se puedan imaginar (Warhammer, HeroClix, Blood Bowl, Mordheim, etc), ha jugado cuanto CCG hay (juegos de cartas coleccionables, como Magic, Middle Earth, Doom Trooper, Call of Cthulu), ha jugado cuanto RPG (juegos de Rol) y más encima enseña juegos. Es un tipo con la camiseta puesta de verdad, y además es un personaje. Simpático y de un trato muy agradable nos contó 20 mil cosas del mundillo de los juegos que no teníamos ideas. Desde datos sabrosos del mercado chileno hasta como una gran empresa está emprendiendo la retirada...

En cuanto a lo que se jugó en la noche, fue bien variado pero más tirado para el filler (juegos livianos como para relajarse y echar la talla). Partimos la noche con uno de los buenos juegos de Reiner Knizia. Si no lo saben, les cuento que yo no soy muy fanático de los juegos de este autor. Qiuzás es uno de los más prolíficos de todos los tiempos (junto con Sid Sackson) y es quizás el que tiene la mayor cantidad de juegos mejor rankeados en el BGG, pero su tipo de juegos en realidad no calzan mucho con mis gustos. Su falencia más grande es la diferencia entre el tema del juego (o como está ambientado) y la mecánica para jugarlo, donde no tienen ninguna relación. Además, su estilo de "bidding/auctioning" (ofertas y subastas, algún día haré un diccionario de términos de juegos) no es el que más me acomoda. Pero para los juegos de estrategia abstracta este tipo es un genio. Samurai es precisamente eso, un juego donde tu objetivo es cercar con puntos de influencia lugares en un mapa. Quien tenga más puntos de influencia se llevará el premio gordo: las fichas de buda, arroz y yelmos. Para eso, los jugadores deben usar las influencias propias de cada tipo de figura (es decir, el arroz te sirve para el arroz pero no para los buda) o algunos genéricos como los samurais, los barcos y los caballeros (estos sirven para cualquier tipo de figura). El juego es rápido, entretenido y silencioso; todos buscan cerrar el cerco, cerrándose el paso y molestando al contrincante. Es un juego inteligente, muy bien pensado y con condiciones de victoria realmente novedosas. Recomendado.

Inmediatamente después seguimos con Ricochet Robots (que se me olvidó agregar a la última sesión) y que es un juego que merece detenida atención.
Alex Randolph, creador de esta obra, nunca ha sido reconocido de la manera debida por el medio. No obstante haber creado numerosos juegos y ser de los diseñadores más vendidos en Estados Unidos en la década de los 70' nunca recibió el meritorio reconocimiento que aquí le quiero dar. Lamentablemente ya no está vivo como para que lea esto (murió el 10 de Mayo de 2004 a los 82 años) pero al menos voy a dejar mi conciencia tranquila. Tuvo una gran influencia en el mercado gringo, llevando clásicos como Twixt (quizás uno de los juegos más vendidos de la época), Hol's der Geier (Raj) y el que acá comentamos, Ricochet Robots. Quizás la industria lo dejó un poco de lado porque era muy adepto a diseñar juegos de estrategia abstracta, pero muy abstracta, y que no calzaban con los gustos populares, pero nadie podrá desconocer su objetiva habilidad como creador. Recibió el Spiel des Jahres el año 82’ por Enchanted Forest, juego que no merecía tal galardón, no así otros de sus juegos que eran realmente formidables para la época. En la Feria de Essen el año 2002 le hicieron también un homenaje. Pero nada más. Por eso mi reconocimiento a tan querido autor.

En cuanto al Ricochet Robots, más que un juego, es un puzzle. Es un juego que carece de estrategia, pero si requiere de mucha velocidad mental y habilidad para poder descubrir el camino más corto para los robots. Se trata de un juego de 2 a (y creo que ya había hecho esto mismo antes en este blog) cha cha cha channnnn!!! De 2 a INFINITOS jugadores. Bueno, no tan infinitos, sino los que tengan acceso visual al tablero, con eso basta. La idea del juego es mover a unos robots por todo el tablero para conseguir la ficha objetivo. Si la ficha es roja, debes mover el robot rojo, si la ficha es azul, el azul, etc. Pero además puedes mover los otros robots para ayudarte a conseguir tu ficha destino. Sin embargo, y lo que lo hace un juego alucinante, es la obligación de mover los robots hasta el final (no los puedes parar en mitad de camino) porque estos carecen de frenos. También tiene la gracia de que tienes una infinidad de posibilidades de formar el tablero de juego (son 96 formas, pero si sumamos a esto las distintas posiciones que pueden tener los robots esto aumenta exponencialmente). Más encima existen un par de tableros extras que se pueden imprimir desde el BGG. Los jugadores buscarán el camino más corto para llegar al objetivo, y si logran dar con algún resultado gritarán el número de movidas que necesitan para hacerlo llegar. Ahí se hace correr el tiempo (1 minuto) y si nadie dice un número más bajo que el antes declarado, se debe realizar la acción. Es un gratificante juego, mentalmente agotador pero que puede hacer hasta las de party game. Realmente un lujo sin parangón; de hecho, no conozco ningún otro juego de este estilo.

Terminamos el juego y de ahí nos comimos unas buenas pizzas. La conversa daba para largo y el tiempo también, así que el resto de esta sesión la dejaré para más adelante…

Saludos a todos los geeks!!!

chilegamegeek@gmail.com