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Primer sitio chileno dedicado a los Juegos de Mesa o boardgames.

20.11.06

Una "pequeña" historia...

Hoy fue un día especial. La familia de mi padre eran 13 hermanos (de los cuales quedan actualmente vivos solo 7) y se caracterizaron por reproducirse a miles. Imagínense que tengo 52 primos solo por el lado de mi papá... ¡una locura!. Obviamente no los conozco a todos y además existe un desfase generacional por que él era el 11 de los 13 y por consiguiente sus hermanos mayores tenían hijos casi de su edad.
Bueno, hoy nos reunimos muchos de ellos. No todos, pero sí un gran grupo en una parcela en Lonquén. Fueron tíos, primos y sobrinos, muchos de ellos mayores que yo. Incluso habían un par de sobrinos nietos míos (parece algo increible, pero el desfase generacional es tan grande que pasa esto de tener sobrinos con hijos). De todo ese grupo de gente, que debían haber sido unos 75, solamente debo haber conocido de antes a unos 10, el resto eran desconocidos.

En general habían muchos niños y fueron ellos los que lo pasaron mejor y se robaron la película. Pero no toda la tarde fue así. Comprenderán que con 34 grados de calor y sin conocerse entre ellos habían muchos que estaban aburridísimos. Entre estos niños había una sobrina mía que nació y ha vivido toda su vida fuera en Estados Unidos sin hablar una gota de español, por lo que para ella era aún más difícil relacionarse. Yo por mientras maldecía el no haber llevado un buen juego conmigo porque en ese momento la cosa estaba como incómoda, y como fui con mi hermana y su pololo (mis dos mejores partners para jugar) se daba la situación como para invitar gente a jugar y así conocerse.

Bueno, esta niñita estadounidense, dentro de su deseperación de niña por conocer y poder jugar con el resto, sacó de su bolsillo una pequeña cajita roja. Un sobrino (desconocido pero de mi misma edad) miró la caja y dijo ¿Uno?. Yo me acerqué a ver que era y me sonreí: ella traía una edición de bolsillo del popular juego UNO, tan pequeña como una caja de fósforos, tan pequeña como su dueña. Gracias a Dios mi inglés no me abandonó y le pedí que me lo prestara y que me ayudara a buscar más gente; acto seguido mi sobrino llamó al resto de los niños que habían dando vuelta y los invitamos a jugar este juego en una mesa bajo un parrón.
De todos los niños que habían se animaron sólo 2, así que nos instalamos en la mesa mi sobrino Sebastián (25 años, en realidad debería decirle primo), la Nathaly (dueña del juego, 11 años), su papá (un noruego-gringo de apellido Svenson y que tampoco sabía un ápice de español), mi sobrino Eduardo (11), mi otro sobrino Francisco (9) y otros niños que pasaban a curiosear.
Nathaly sacó de la caja el juego y las cartas eran diminutas: cada una era un poco más grande de porte que la yema de mi dedo pulgar. Nos enseñó rápidamente las instrucciones (las que tuve que traducir para el resto de los presentes) y nos pusimos a jugar.

El juego en el fondo dio lo mismo aunque nos entretuvimos mucho, ya que había cumplido cabalmente su función. Después me fui porque otros niños quisieron jugar y de esta manera se rompió el hielo. Al final de la tarde eran todos amigos, corrían de un lado a otro de la parcela y lo pasaron increíble. Les aseguro que mejor que cualquiera de los tíos grandes que fueron. Por mientras yo pude conocer a este sobrino de mi edad y a sus primos y primas que yo ni tenía idea de su existencia y donde todos rondabamos entre los 20 y los 30 años. Un lujo.

Es increíble como un juego de mesa puede atraer a grandes y chicos, puede unir y lograr amistades... en el fondo esto es como una fábula con una buena moraleja: jugar une a la gente.

3 Comentarios:

Blogger José Miguel dijo...

Juan José

Me entretienen mucho tus comentarios de juego y tus anecdotas.

Estas haciendo un gran trabajo con este blog.

Te felicito.

Saludos,
José Miguel

lunes, noviembre 20, 2006 2:09:00 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Hola Juan, Escribo desde Colombia para decirte que me ha gustado mucho tu blog y que también comparto el gusto que tienes por los juegos de mesa (Eurojuegos), si alguna vez estás por Bogotá escríbeme ... phersus@gmail.com

Felicitaciones!

Gustavo

miércoles, noviembre 22, 2006 6:26:00 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Fue un juego muy entretenido. Yo tengo el Uno mas grande pero lo tengo incompleto. Las cartas eran tan chicas que eran como miles de cartitas cortadas. cada 4 cartitas equivalian al una del uno grande. Las instrucciones estaban en ingles. Asi que yo deduzco que Nathalie lo compró en U.S.A.

Saludos Sobrino (eduardo)

sábado, diciembre 09, 2006 4:09:00 p. m.  

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